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Desempaquetando el auge de la política antimonopolio: Navegando las fusiones de Big Tech

Los reguladores antimonopolio examinan las fusiones

Los profesionales de negocios y las autoridades han debatido durante mucho tiempo los pros y los contras de las fusiones y adquisiciones. Las fusiones pueden ser horizontales o no horizontales. Debido a su potencial para disminuir la competencia y tener una influencia en el precio, las fusiones horizontales, que tienen lugar entre empresas de la misma industria, con frecuencia han sido objeto de un examen riguroso por parte de las autoridades de competencia. Las fusiones de conglomerados o verticales, por otro lado, se han visto tradicionalmente como fusiones no horizontales menos problemáticas.

Desafíos de fusiones no horizontales

Los reguladores antimonopolio han comenzado recientemente a cuestionar cada vez más las fusiones no horizontales. Por ejemplo, la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA) del Reino Unido obligó a Facebook a revertir su compra de Giphy y emitió un hallazgo inicial de que la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft reduciría la competencia en la industria del juego. La FTC perdió su desafío ante la fusión de Illumina y Grail.

Preocupaciones antimonopolio de las grandes tecnológicas

Las preocupaciones sobre las principales corporaciones tecnológicas como Facebook, Google y Microsoft son un factor importante en la postura antimonopolio intensificada con respecto a las adquisiciones no horizontales. Debido a la solidez de sus redes, estas empresas crecieron rápidamente hasta convertirse en líderes del mercado, ya que sus productos eran superiores y más atractivos para los consumidores. Sin embargo, los reguladores ahora están debatiendo si se debería haber permitido que estas empresas se expandieran a través de compras de empresas.

Perspectivas de la Escuela Antimonopolio de Chicago

Mirando hacia atrás a la década de 1970, cuando un grupo de especialistas antimonopolio afiliado a la Universidad de Chicago impugnó la noción de que las fusiones verticales pueden ser perjudiciales, es crucial para comprender el estado actual de la política antimonopolio. Ellos desarrollaron el argumento de «ganancia de un monopolio», que sostiene que un monopolista no puede aumentar su dominio del mercado a través de la integración vertical. Esta hipótesis sirvió de base para décadas de leyes antimonopolio y consideró favorables las fusiones no horizontales.

Preocupaciones regulatorias del futuro

Los reguladores ahora están más preocupados con la posibilidad de que una corporación integrada verticalmente pueda usar su autoridad para sofocar la competencia en otras facetas de su cadena de suministro que con el precio. Los reguladores expresaron su preocupación de que a los rivales se les nieguen las herramientas y los bienes necesarios en los casos de Microsoft e Illumina. Los reguladores enfrentan un problema difícil para determinar si tales límites serían beneficiosos y proyectar cómo pueden cambiar los mercados.

Leyes antimonopolio europeas y británicas

En el Reino Unido, la CMA ha tomado la iniciativa de obstruir las fusiones entre titanes de la industria en tecnología, y recientemente revisó sus políticas para dar mayor peso al desarrollo del mercado posterior a la fusión. En lugar de ir a los tribunales como lo hacen en los EE. UU., los casos de competencia se manejan administrativamente en Gran Bretaña y Europa.

Conclusión

Aunque el enfoque antimonopolio de las fusiones no horizontales ha cambiado, es crucial recordar los orígenes del movimiento antimonopolio y cómo reaccionaron las autoridades demasiado entusiastas que sintieron que las grandes corporaciones eran intrínsecamente malas. Algunas empresas, como Nvidia y arm, han renunciado a las adquisiciones planificadas por temor a disputas legales. Una de las autoridades más temidas en este campo en este momento podría ser la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido.


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