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Análisis de fusión de Microsoft y Activision Blizzard: equilibrio entre riesgo y ganancia

Los reguladores están en alerta máxima luego de que Microsoft (NASDAQ: MSFT) planeara la adquisición de Activision-Blizzard (NASDAQ: ATVI) por $66.700 millones. La fusión, que habría convertido a Microsoft en la tercera corporación de juegos más grande del mundo, provocó consultas de la FTC, la CMA del Reino Unido y la Comisión Europea sobre la concentración de poder en la gran tecnología.

En 2021, Activision se encontró en un aprieto y fue objeto de muchas investigaciones por, entre otras cosas, despido injustificado, acoso sexual y discriminación laboral. La corporación necesitaba un nuevo comienzo ya que el liderazgo y la fuerza laboral ya no confiaban en el CEO Bobby Kotick.

Cuestiones antimonopolio

Debido a preocupaciones antimonopolio, Microsoft y Activision-Blizzard están involucrados en una lucha de tres frentes con las autoridades occidentales. Los reguladores temen que aumentar la cantidad de control que tiene el propietario de Xbox impedirá la competencia en el sector de los juegos.

Como resultado, la FTC presentó una demanda para detener la transacción, y la CMA del Reino Unido y la Comisión Europea la están investigando para ver si hay problemas antimonopolio.

La posición dominante de la marca Call of Duty y las preocupaciones de los reguladores de que el juego se convierta en una exclusiva de Xbox o que Microsoft pueda degradar la experiencia de Call of Duty para los jugadores de PlayStation y Nintendo son los principales problemas.

Si bien Microsoft está ansioso por completar la transacción, podría perder interés si las autoridades se oponen a vender Call of Duty, el juego insignia de Activision.

Microsoft, por otro lado, afirma que no tienen la intención de restringir Call of Duty a Xbox, y han dado garantías formales a Sony y Nintendo de que Call of Duty será accesible en sus sistemas.

Los reguladores siguen insistiendo en que Microsoft tendría demasiado control en el mercado si fuera dueño de Call of Duty.

Debido a las duras actitudes antimonopolio adoptadas por los reguladores de la administración Biden, Wall Street está apostando a que Microsoft deberá hacer importantes concesiones a los reguladores si la compra se concreta alguna vez.

El precio actual de Activision y el precio de transacción están bastante lejos. Las acciones de Activision ya se están vendiendo con un descuento significativo del 26 % sobre el precio de compra de $95, lo cual es bastante raro para una transacción cordial respaldada por un comprador de primer nivel como Microsoft. Los gobiernos occidentales, sin embargo, expresan abiertamente su oposición a la concentración de poder en el sector de alta tecnología.

La única pregunta que debe hacerse al realizar la operación adecuada

Sin embargo, la elección final para hacer el trato debe basarse en estándares simples.

El único obstáculo, si la información sobre la transacción es precisa, es la interferencia del regulador. Por lo tanto, Microsoft necesita llegar a acuerdos independientes con los EE. UU., el Reino Unido y la UE.

Al simplificar la decisión, los elementos más cruciales del análisis de la oferta pasan a primer plano.

Podemos evaluar los méritos de los argumentos legales a la luz de decisiones legales anteriores y considerar variables como la tasa de éxito de demandas antimonopolio anteriores.

Aunque estas son preguntas sencillas, las respuestas correctas necesitan una investigación profunda.

Para resumir

La finalización del acuerdo fortalecería la posición de Microsoft como una superpotencia de juegos, lo que preocuparía a los jugadores y reguladores.

La conclusión de la transacción depende de si los reguladores logran bloquearla. Antes de tomar una decisión, los comerciantes deben analizar cuidadosamente el reciente historial de éxito de las autoridades antimonopolio en la prevención de acuerdos, así como la viabilidad legal de los argumentos presentados por los reguladores.

A pesar de las dificultades que implican las fusiones y adquisiciones, los comerciantes deben decidir en última instancia si apostarán o aceptarán las probabilidades que ofrece el mercado.


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