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El dominio de Visa en el panorama de pagos apunta a un desempeño superior continuo

Dominando el panorama de pagos

Visa opera de manera diferente a los bancos tradicionales que emiten tarjetas de crédito, ya que no otorga crédito y elimina el riesgo de incumplimiento de su modelo de negocio. Este enfoque ha demostrado ser muy rentable, con un margen operativo constante que promedia el 66 % en los últimos cinco años. Además, la escala de Visa es realmente impresionante, con una participación de mercado del 61 % en los EE. UU. según el valor en dólares de sus transacciones, por un total de 3,8 billones de dólares en el cuarto trimestre de 2023.

La empresa se beneficia sustancialmente de la creciente popularidad de las transacciones digitales, que ofrecen mayor comodidad y seguridad en comparación con el efectivo o los cheques. A pesar de que una parte importante de los estadounidenses todavía prefiere el efectivo, existe un considerable potencial de crecimiento incluso en las economías altamente desarrolladas. Visa está preparada para capitalizar esta tendencia, asegurando un crecimiento continuo en su volumen de pagos durante los próximos cinco años.

La amenaza potencial de las empresas Fintech

La industria de pagos es muy dinámica, con innovación continua y frecuentes interrupciones. Sin embargo, Visa ha mantenido una posición favorable debido a su amplio foso competitivo, especialmente con sus efectos de red. Operando en más de 200 países y territorios y facilitando 276 mil millones de transacciones en el año fiscal 2023, el papel vital de Visa en la economía global solidifica su posición competitiva.

Aunque las empresas de tecnología financiera como PayPal, Block, Adyen y Stripe han tenido un éxito notable, no deben verse como una amenaza directa para los accionistas de Visa. De hecho, estas empresas de tecnología financiera brindan servicios y herramientas que pueden contribuir a la aceleración de los pagos digitales y las transacciones sin efectivo, beneficiando en última instancia a Visa a largo plazo.

Si bien la valoración desempeña un papel importante en la rentabilidad de los inversores, predecir la valoración exacta dentro de cinco años es imposible debido a varios factores, incluidos los tipos de interés. Actualmente, las acciones de Visa cotizan a una relación precio-beneficio de 32,8, que es inferior al promedio de los últimos cinco años de la acción. Suponiendo que las acciones mantengan el mismo múltiplo en cinco años y que las ganancias diluidas por acción sigan aumentando a una tasa anualizada del 13 % (ligeramente inferior a la de los últimos cinco años), los inversores pueden esperar un rendimiento de dos dígitos.


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